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Me llamo Daneska Fals, vivo en venezuela, valencia, tengo 13 años, signo leo, cumplo en 8 de el 8 (agosto) soy muy loca y rara segun mis amigos (ojo no soy anti-social sino lo contrario) pues yo prefiero leer a ver tv, dormir en ves de salir y cosas así que no van dentro de lo comun! XD.. adoro pasar tiempo con mis amigos y familiares. estar en la compu, leer y escribir, me fascina sobremanera cuando me llega una rafaga de inspiracion (mucha de ella basada en Edward o Jake XD..) gracias por visitarme y estar un rato en mi loka compañia! =)
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viernes, 2 de julio de 2010

A través del Océano

Disclaimer: Todos los personajes pertenecen a Stephanie Meyer y la historia es una traduccion de Tatarata.



Capítulo 7: Vestido de Novia




Ahh Inglaterra, como te amo. Me has proporcionado no solo los mayores monumentos que he visto, sino también a los más bellos hombres con acento sexy. Si, definitivamente eres uno de los países más geniales en el mundo. Dios te bendiga. Ahora Rose y yo hemos estado en la nublada isla por unas pocas semanas. Hemos ido a un par de museos y visto todas las bellas casas alrededor de la ciudad que pudimos imaginar. Fuimos a ver una película después que Rose y yo superamos el desfase horario (la primera noche aquí, estuvimos levantadas súper temprano y decidimos escribir notas en todos los espejos y ventanas de Edward con un marcador de tablero blanco. Él se sorprendió cuando vio en el baño y tenía un monóculo y bigote encrespado, ¡hah!)



Esta mañana Edward y Emmett nos llevaban de compras a la calle Carnaby, la cual aparentemente nos ocasionaría un ataque cardiaco por la gran cantidad de compras que podríamos hacer.



Y casi lo hizo. Estoy bastante feliz de que Alice no estuviera aquí, aunque Rose y yo le hicimos un buen daño al surtido de la mayoría de las tiendas.



"Sabes," Dijo Rosalie una vez pasamos por una cafetería, nuestros brazos repletos con paquetes y Edward y Emmett cargando un par detrás de nosotras. "Aún no tenemos un regalo para Alice o Jasper. ¿Qué deberíamos comprarles?"



"¿Licuadora?" pregunté, causándonos el estallar en risitas tontas. Edward y Emmett hablaban felizmente tras nosotras y volteé mi cabeza para atraparlo mirándome. Él sonrió cuando nuestros ojos se encontraron y mi estomago revoloteó mientras me giraba de nuevo hacia Rose. Edward es realmente lindo, ¿vale? Y él es el hombre más encantador que he conocido en toda mi vida. Él es dulce, atento, divertido, pero aún increíblemente maduro y responsable. Él es todo lo que siempre pensé que sería, a pesar que es más alto de lo que imaginé. Lo cual es bueno.



Rose agarró mi mano, deteniendo mi camino. Reacomodé mi sombrero en mi cabeza y miré hacia lo que ella estaba mirando. La tienda era una boutique de boda. Ella se giró hacia me sonriendo. "¿Por qué no le compramos el vestido de novia?" ¡Y el traje de Jazz, incluso podríamos encontrar nuestros propios vestidos allí! ¡Eso cubriría todos los regalos y todo! Conozco todas sus tallas, no es gran cosa." Me giré hacia los chicos.



"¿Chicos, les importaría entrar con nosotras?" les pregunté gentilmente, esperando que ser arrastrados dentro de una tienda llena con vestidos de novia no los asustase. Ambos se encogieron de hombros e incluso le pasaron sus celulares a Rosalie cuando se los exigió.



Me paré cerca de los chicos, mirando los metros de encaje adornado y satín colgando alrededor nuestro. Era un poco intimidante para ser honestos. Rosalie incluso tuvo el coraje de llamar a Alice desde el celular de Emmett, contándole cuales eran nuestros planes para el regalo, y luego tomó una fotos de Edward y las envió al celular de Jasper (en manos de Alice) mientras los vendedores no estaban mirando. La podía escuchar gritando en el teléfono y le contó a Rosalie exactamente cual vestido quería y nos dejó el resto a nosotros. Los chicos estaban para ayudarnos con el traje de Jasper y nosotras podríamos escoger cualquier vestido que quisiéramos siempre y cuando estuviera dentro de cierto rango de concordancia. Rose regresó los teléfonos, una sonrisa estampada en su linda cara.



"Alice está bastante emocionada," dijo felizmente. "Estoy bastante contenta de que estemos haciendo esto por ella." Asentí, admirando el vestido sobre su brazo antes de buscar entre los vestidos de dama de honor.



"Ahora simplemente tenemos que encargarnos de las cosas para nosotros," dije entre dientes. Edward caminó a mi lado y sonrió hermosamente antes de empezar a buscar entre los vestidos. Mi corazón se detuvo por un momento antes de dispararse. Levante mi mirada hacia él por unos momentos antes de apretar mi respiración y comenzar a buscar. Rosalie y Emmett estaban un poco más lejos y ella ya tenía un par de posibilidades sobre su brazo.



"¡Bella!" ella me llamó. "Hay una señora camino a ayudarte. Creo que ustedes deberían pretender ser una pareja, bastante romántica y dulce, y así conseguirnos un descuento, ¿vale?" ¿Qué? La miré fijamente y Edward se tensó a mi lado. Emmett estaba riéndose de nosotros, tratando de ocultar su sonrisa.



"¿Por qué nosotros?" pregunté pasito, viendo a la mujer buscándonos. "¡Ustedes dos realmente han tenido citas, no puedo mentir!"



Rosalie se encogió de hombros, completamente indiferente y sonrió. "Habla francés," fue todo lo que respondió. Me paré derecha, mis mejillas de un rojo remolacha y mi cara blanca con miedo.



"¡Hola!" la mujer, cuya tarjeta de identificación decía Brigitte, dijo animadamente, viéndonos de manera amable. "¿Necesitan alguna ayuda?" preguntó. Salí de mi ensimismamiento por un momento. Si pudiéramos lograrlo, esto podría ser realmente divertido. Sonreí ampliamente y agarré la mano de Edward, sonriéndole cariñosamente antes de girarme hacia Brigitte.



"Ah, oui!" exclamé. "Vous pouvez nous aider à trouver quelques robes?" (-¡ah, si! ¿Puede ayudarnos a encontrar algunos vestidos?) Jaja… Brigitte se congeló por un momento, mirándome cuidadosamente.



"Discúlpeme, ¿qué fue eso?" preguntó ella. Apuesto a que juraba que yo había estado hablando inglés hace poco. Abrí mi boca para decir algo más cuando Edward me interrumpió.



"Ah, mon amour, est-ce que tu besoin de chercher des robes maintenant?" (Oh, mi amor. ¿Tenemos que buscar vestidos ahora?) Él preguntó. Sonreí y lo abracé, enredando mis brazos fuertemente alrededor de su pecho.



"Oui, parce que tu m'aimes, et tu besoin des vetements aussi." (Si, porque me amas y también necesitar ropa) Edward rió y me sostuvo más fuerte, dándome un tierno beso en la cima de mi cabeza. Los otros tres nos miraron curiosamente antes de girarse cara a cara cada uno, buscando un poquito de inglés.



"Voulez-vous choucher avec moi, ce soir?" (¿Quieres dormir conmigo esta noche?) Le pregunté con una pequeña sonrisa. Rosalie resopló. Ella entendía hasta eso, estoy segura que el resto de ellos también. Edward sonrió ampliamente y rió, poniendo su brazo alrededor de mi cintura y caminando hacia la chica, señalando varios vestidos para nosotros.



"Naturellement, comme chaque nuit," (Por supuesto, como cada noche) Il me dit. ¡OPS! Quiero decir, él me dijo. "Est il necessaire de parler en phrases qui faites de sens?" (¿Es necesario hablar oraciones que tengan sentido?) Me reí y lo empujé suavemente.



"Pas vraiment," (No realmente) Sonreí. "Je suis un pamplemousse qui danser toute le matin et toute l'après midi!" (¡Soy una toronja que baila toda la mañana y toda la tarde!) Edward se rió de nuevo y pasamos por alto el ponernos al corriente con los otros, quienes estaban hablando excitadamente, ignorándonos.



"Où danserez-vous après?" (¿Dónde bailarás ahora?) Preguntó él.



"Je ne sais pas. Peut-être... chez vous?" (No lo se, tal vez… ¿en tu casa?)



"Chez moi?" (¿En mi casa?)



"Chez nous!" (¡En nuestra casa!)



"Chez toi." (En tu casa)



"Chez il?" (¿En la casa de él?)



"Chez elle!" (¡En la casa de ella!)



"Chez nous." (En nuestra casa)



"D'accord." (Vale)



Me reí de nuevo y regresé corriendo hacia Rosalie quien tenía un par de vestidos. Ella caminó dentro del vestidor y se puso rápidamente uno de encaje negro que se le veía bien, pero ambas coincidimos en que no se vería muy bien en mí. Luego, entró con uno rojo que parecía ser de lana y que no se vería bien en nadie. Después de unos más, ella finalmente salió en un vestido fluido de seda azul rey con un escote en surcos y mangas que caían del hombro. La respiración de Emmett se atoró y Rose mi picó el ojo. El azul era un color que realmente me venía bien, y se veía grandioso con su cabello rubio y su complexión. Ella se cambió a su ropa, con su vestido y un segundo (de mi talla) listo. Brigitte tomó los vestidos de dama de honor y el de Alice sobre el mostrador, aún creyendo ciegamente que todo era para mi boda.



"Ahora necesitamos un traje para Jazz…" Dijo Rosalie con tranquilidad, mirando entre los varios chalecos y estilos de abrigos disponibles.



"Tal vez, ¿al novio le gustaría probarse uno?" Preguntó Brigitte, mirando a Edward como a un dulce. Por su puesto que ella lo haría. Cielos, échale un vistazo al chico en mi brazo. La miré curiosa y me giré hacia Edward, mi cara en blanco, casi inocente. Él miró hacia abajo, a mi, y sonrío cariñosamente.



"Tu es pas un bon-bon comme elle pense," (no eres un pedazo de caramelo como ella piensa) Dije seria y calmada. La cara de Edward se arrugó antes de resoplar de la risa y romper en ella. Comencé a reír también, viéndolo sostenerse su estomago riendo.



"C'est pour des choses comme cela que je t'aime," (es por cosas como esa que Te amo) dijo calmadamente y besó mi frente. Me sonroje como loca. Bueno tu sabes, él solo dijo que es por cosas como esa que me ama. Edward dio un paso dentro del vestidor, tomando el traje que Brigitte y Rosalie habían escogido. Rosalie dio un paso a mi lado.



"Es de la talla de Jasper, y estoy bastante segura que él y Edward son la misma. Puedo decir esas cosas. Buen trabajo con tu francés también." Me sonrió ampliamente.



"Merci beaucoup, mon ami. Mais, maintenant j'ai besoin de rigoler avec quelque chevaux." (Muchas gracias amiga. Pero ahora tengo que reírme con algunos caballos) Rosalie cabeceó sonriendo varias veces.



"¡Eso es increíble! ¡También estoy emocionada por tu boda, querida!" Escuché a Edward reírse en el pequeño cuarto. Fue momentos después que dio un paso fuera, usando el traje negro con faldones, un chaleco carbon plateado sobre una corbata negra como la boca de lobo elegantemente medita dentro.



"Mi Dios…" Murmuró Rosalie, captándolo. Mi boca estaba abierta.



"Mon Diey…" (Mi Dios…) Mascullé. Edward levantó la vista hacia mí por debajo de sus pestañas y me dio su hermosa sonrisa torcida a la que me había acostumbrado en los pasados días.



"¡Eso se ve fenomenal!" Dijo Brigitte emocionada, apurándose hacia adelante para arreglar su cuello y sus bolsillos, asegurándose que todo estaba en su lugar. La miré rayado antes de dar un paso hacia Edward para enredar mis brazos alrededor suyo.



"Ne touche pas," (no toques) Dije calmada, mirándole airadamente. Edward sonrió de nuevo y acarició mi brazo. Brigitte me miró curiosamente. ¿Esta chica no debería tener al menos algún conocimiento del francés?



"J'irais changé, d'accord?" (Me voy a cambiar, ¿vale?) Asentí y Edward regresó adentro, cambiándose rápidamente y pasándonos el traje. Todos nos acercamos al frente, Edward y yo balanceando nuestros brazos en medio. Decidí aprovechar el pedacito de amor, tal vez si Brigitte estaba ocupada con Edward probablemente nos daría un descuento.



"Oh, Edward, je ne peux pas attendre pour être marié!" (¡Oh Edward!, ¡no puedo esperar a estar casada!) Él sonrió y se rió a mi lado.



"Moi, non plus! Marriage à vous est comme un cadeau d'un Dieu!" (¡Yo tampoco! Casarme contigo es como un regalo de Dios.) Me reí de nuevo, cayendo en su pecho antes de enderezarme hacia el mostrador. Saqué mi tarjeta para pagar por el vestido y el traje mientras Rosalie pagaba por nuestros vestidos, pero Edward empujó suavemente mi mano lejos. Como Brigitte empacaba los regalos en sus cajas propias le di a Edward unas miradas. Él no podía pagar esto por mí. No le dejaría. El me miró enojado, en broma, pero al tiempo diciéndome que lo dejara pasar.



"Je te deteste," (Te odio) Dije tranquilamente y me giré. Edward se sacudió de la risa a mi lado.



"Je sais, mais c'est pas vrai, tu m'adores." (Lo se, pero no es verdad. Tú me adoras) Arrugó su cara y se inclinó para rozar su nariz con la mía. Rose y Emmett comenzaron a reírse, pero Brigitte de verdad nos hizo "ahhhh".



"Creo que voy a reducir esto un poco, ¿Cincuenta por ciento de descuento?" Ella se giró hacia nosotros, hablando alta y lentamente. "MOINS CHERE?" (¿Menos caro?) Jaja. Ella sabe esas palabras. Son útiles cuando compras en Francia, menos caro, oui oui.



"Vraiment?" (¿De verdad?) Exclamé. "Oh, fantastique! Merci, merci beaucoup!" (¡Oh, fantástico! Gracias, muchas gracias) Brigitte me sonrió ampliamente y tomó la tarjeta de Edward, quitando de golpe al menos unos cientos de dólares.



Caminamos fuera de allí muy campantes. Después de gastar probablemente la mitad de mis ahorros de vida anuncié que necesitaba regresar a donde Edward antes que le hiciera más daño a mi cuenta bancaria.



"Y te voy a pagar. No hay manera de que hayas gastado tanto dinero en la boda de mis amigos. Eso es un gran golpe para tu crédito." Edward se encogió de hombros y me ignoró, moviendo mis bolsas en sus brazos mientras fuimos por su carro.



"Lo mismo va para ti, Em." Siseó Rosalie. Emmett tampoco se quedó atrás y compró los vestidos de las damas, lo cual aún creo que para ellos fue insano. Lunáticos estos británicos. De alguna manera acomodamos todas las bolsas dentro del baúl de Edward y luego nos subimos dentro.



"Mi dulce Rosalie," Dijo Emmett, tomando la mano de ella entre la suya. "¿Te gustaría volver a salir conmigo esta noche?" preguntó. Rosalie chilló y sonrió, dando brincos y abrazándolo. Eran bastante lindos. Ellos ya habían salido en un par de citas y Rosalie estaba totalmente llevada por él. Estoy culpando al acento. Estos chicos han estado manipulándonos por todas partes con esas cosas.



"Edward, ¿Cuándo vas a invitar a salir Bella?" Rosalie reclamó. Tomé un color rojo vivo. La cara de Edward cambió con confusión.



"¿Una cita? Rosalie, querida, ¡Bella y yo hemos estad casados por eras! Cuando has estado casado por tanto tiempo como lo hemos estado nosotros, no sales en citas más, boba." Me reí y el solo se veía perfectamente serio. Rosalie rodó sus ojos y se recostó en el hombro de Emmett. Edward los dejó en el apartamento de Emmett antes de manejar a casa.



"Entonces, ¿qué vamos a hacer esta noche?" Le pregunte cuando él se detuvo dentro de la zona de parqueo. Edward se encogió, dando la vuelta para abrirme la puerta.



"Bueno, esposa mía, creo que deberíamos hacer nuestra normal y aburrida rutina de casados. Hacer la cena e improvisar," explicó. Simplemente sonreí y sacudí mi cabeza, recogiendo las cajas con los regalos de Alice y Jasper y siguiéndolo dentro del elevador.



Edward dejó caer mis nuevas compras en mi cuarto, antes de recostar su abrigo y sus llaves en la isla de la cocina. Fui a unírmele, sosteniendo las dos cajas en mis brazos. "Creo que enviaré estos hoy, ¿tienes alguna caja que pueda usar?" Él me sonrió y asintió, moviéndose hacia un cuarto fuera de la cocina volvió con una caja exacta para que las dos cajas encajaran en ella. La cubrimos con bolsas de plástico y periódicos antes de sellarla y yo garabateé la dirección de Alice en la cima, junto con la temporal mía, escribiéndola como Bella Cullen, simplemente para hacerla enojar.



"¿Quieres enviarla ya? La oficina está sólo unas cuadras abajo" Levanté mi mirada hacia él y asentí. Aunque yo estaba pagando por esto. Era gigante, era seguro que sería caro. Edward cargó la caja por mi bajando las escaleras y charló felizmente conmigo sobre el trajo mientras caminábamos, alcanzando la oficina de correos y pagando solamente una pequeña fortuna por enviar el paquete. Luego caminamos enérgicamente de regreso al lugar de Edward. Emmett llamó mientras estábamos enviando los regalos para dejarnos saber que iban saliendo y no los esperáramos despiertos.



"Uh oh," dije como Edward me guiaba dentro de un supermercado en el camino. "Rose no va a regresar a casa esta noche," dije suavemente. Edward dio una risita pero lo aceptó conmigo.



"Emmett es muy físico con sus relaciones," dijo él sin rodeos. "No me sorprendería si tratara de quedarse con ella por las siguientes semanas." Yo asentí.



"Rose es de la misma manera. Estoy bastante segura de que estaré durmiendo sola por un tiempo. Tomé un carro y me incliné en el, empujándolo detrás de Edward quien me guiaba dejando caer una variedad de cosas dentro. Él compró suficiente comida para lo que quedaba de mi viaje. Yo simplemente estaba agradecida de que el apartamento quedara cerca. Pudimos cargar nuestros brazos con las cosas y aún así fue una caminata rápida.



"¿haremos la cena juntos esta noche, querida?" Dijo Edward con una pequeña sonrisa satisfecha. Rodé mis ojos.



"Por supuesto, es lo que hago con mi maridito." Edward pateo la puerta para abrirla y dejó inmediatamente los comestibles en el piso de la cocina. Me puse a trabajar poniéndolos en su sitio y sacando algunas cosas, preparando algunos platos para hacer lasaña. Edward me dijo que iba a salir por un segundo para rentarnos una película para nuestra noche solitaria. Eso estaba bien conmigo. Me daba la oportunidad de trabajar sin ser distraída por su maravilloso, sexy y encantador ser. Tenía todo acomodado y en la cacerola, esperando que el horno terminara de precalentarse cuando Edward regresó, varias películas en sus manos. Vino a la isla y se inclinó cerca de mí. Podía oler el shampoo en su cabello y su esencia particular, una que me olía mucho mejor que cualquier otra cosa.



"Um, la cena estará lista dentro de poco, ahora sólo se tiene que cocinar," dije, inclinándome para ponerla en el horno. Edward se movió hasta su escritorio en la pared en medio de la cocina y la sala.



"Está bien," dijo. "Tengo que hacer estas notas por un idiota en el trabajo por lo que puedo esperar". Miré como se sentó y sacó un montón de papeles bien ordenados, sujetados con esos portapapeles de color dorado. Puse el temporizador y me senté en el sofá, esperando oírlo apagarse.



Por supuesto, cuando finalmente se apagó, Edward y yo estábamos tan metidos en lo que estábamos haciendo que ambos saltamos. Golpeé el control remoto desde el sofá y me caí al piso; Edward golpeó sus papeles, enviándolos a volar. Edward se levantó de un salto y me miró por encima el sofá, donde yo estaba recostada en posición fetal, el remoto clavándose en mi espalda.



"¿Estás bien?" preguntó preocupado, dando la vuelta para ayudarme a levantar. Me quedé sin aliento por el agudo dolor del plástico en mis espalda y el la frotó rápidamente, tratando de alejar el dolor. Estaba encorvada y él estaba tratando de sostenerme.



"Estoy bien" tartamudeé entre mis sollozos secos. Edward me sonrió, pero sus ojos tenían esa nota de "oh, tu" en ellos. (De alguna manera) logré soltarme de su agarre y me apuré a la cocina, sacando nuestra cena del horno y comenzando a mezclar una ensalada. Edward estaba recogiendo sus páginas, arrugándolas un poco en sus dedos. Las puso en su escritorio, dejándolas para luego organizarlas. Vino a la cocina, limpiando la barra de la isla de la cocina y alistándola para dos. Serví nuestra lasaña y dejé el tazón de la ensalada en el medio. Luego, cada uno con copa llena de agua, nos sentamos y comimos. Edward incluso encendió una vela enfrente de nosotros.



"Esto es lo que tenemos que esperar con impaciencia cuando estamos casados," dijo Edward con desanimo, tomando un bocado de su comida. Lo miré curiosa, esperando para ver su reacción. "Nos sentamos aquí, solos y tranquilos, y comemos sin las conversaciones listas que habríamos tenido si hubiéramos salido."



"Bueno, grato es que hayamos superado eso," dije, todavía mirándolo, llevando la comida atolondradamente a mi boca. De repente Edward miró hacia su tenedor y dio un satisfecho "mmm". Se giró hacia mí, una ceja levantada.



"Pensé que hacías tortas, no lasaña," dijo con picardía. Yo sonreí.



"Soy una mujer de muchos talentos, ten cuidado, puedo alimentarnos por el tiempo que lo necesitemos." Edward sonrió ampliamente y regresó a su plato. Esta era la primera comida que cocinaba para él. Desde que habíamos llegado salíamos a cualquiera de los muchos restaurantes en Londres, o íbamos a donde Emmett y ellos ordenaban pizza. Edward y Emmett cocinaban para nosotros o estábamos fuera hasta tan tarde que nos saltábamos la cena. Estaba contenta de poder hacer esto por él justo ahora. Quería probar que podía cocinar para mi esposo -er, novio -ER, conocido. Cielos.



Está bien, seré completamente honesta ahora mismo. Desde que hemos estado aquí, he desarrollado locos y fuertes sentimientos por Edward. Los tenía antes, estaba cautivada por él, no había duda alguna, él era todo lo que mi lista mental del chico perfecto me decía que quería. Luego, cuando lo conocí, no solo era encantador y dulce, ¡era tan perfecto! Tenía la altura perfecta, su cabello caía de la manera correcta, como se veía caminando cuando lo seguía (hah. Si, ustedes saben de lo que estoy hablando), pero todo junto, Edward era todo por lo que pude hacer pedido y más. Él era todo lo que quería y se que es de locos sentir esto por alguien que conocí por medio de una carta en una botella, pero no es totalmente loco. Estas cosas funcionan, no había duda en mi mente que el no era un loco asesino acosador. Él era normal. Y bueno, y tan atractivo. De modo que, lo admitiré, con Rosalie y Emmett saliendo oficialmente, consideré que lo correspondiente era que entre Edward y yo saliéramos, y ahora, él era mío. Pensaba que éramos una joven pareja, simplemente comenzando, y eso lo hacia inconsciente.



Edward y Bella. Simplemente encajaba. Entonces, luego me recordaba a mi misma que no podría ser porque no deberíamos. Pero quería. Tan desesperadamente. Tomaba cada pizca de autocontrol que tenía el evitar lanzármele algunos días.



Cuando terminamos, Edward y yo lavamos los platos juntos. Él también era un seguidor de la regla "déjalos en el aparador secándose y guárdalos luego", como yo. Por lo que cuando no pudimos decidir quién lavaría los platos, ambos metimos nuestras manos en el agua y comenzamos a lavar. Salté algunas veces, dondequiera que agarrábamos las manos del otro, pero nos estábamos riendo tanto que pensé que estaba cubierto. Mi estómago estaba dando grandes volteretas cuando nos tocábamos, incluso al solo pensamiento de su proximidad.



Ya que se estaba haciendo tarde, ambos fuimos a sentarnos en el sofá y pusimos una película. Edward dejó sus notas detrás, diciendo que las terminaría en la cama y ambos nos acomodamos para ver la película.



La película era interesante, pero yo estaba muy cansada para ponerle cuidado. Hice un movimiento. Tomé la sabana sobre nuestras piernas y me recosté en su pecho, usándolo como mi almohada. Nos cubrí con la sabana y me preparé para una corta siesta hasta que le película terminara. Estaba encantada con escuchar su corazón acelerado, pero el simplemente rozaba suavemente mi brazo con su pulgar. No me quedé dormida como planeaba. Mis ojos estaban a medio cerrar, pero estaba demasiado atenta en Edward como para ir a dormir. Por lo que cuando la película terminó, me levanté y me estiré, dejando salir un bostezo.



"Creo que ya me voy a la cama," le dije pasito, sonriéndole dulcemente. Edward asintió, respondiéndole a mi sonrisa con otra.



"Creo que yo también," él se levantó y apagó el televisor y las lámparas. Me mantuve de pie cerca de él mientras lentamente caminábamos por el pasillo, se detuvo para recoger sus notas y el escrito y luego nos movimos de nuevo, separándonos dentro de nuestros cuartos.



Media hora después aún estaba bien despierta. Había estado recostada en la cama girándome y cambiando de posición. Eso era completamente raro en mí. Yo era de los que apagan las luces y van directo a dormir. Y estoy bastante segura de que la razón principal por la que no podía dormir era porque no había nadie conmigo. Los sonidos de la calle no eran aterradores, me eran nuevos. Estaba acostumbrada al océano. Y cuando Rosalie estaba aquí, podía caer dormida rápidamente al escucharla hablar.



Se valiente, me dije a mi misma. Levanta tu almohada y entra. Dile que no puedes dormir. Respirando profundamente me puse de pie y me moví a mi puerta. Esta no era la mejor noche que pude haber escogido para hacer esto. Mi pijama normal se había ensuciado durante el desayuno, por lo que se estaba lavando. Estaba usando un par de pequeños shorts y una camisa de tiras gris que era sólo un poquito grande. Necesitaba ser cuidadosa. Mi cabello caía alrededor de mis hombros, escondiéndolos al girar la esquina y enfrentar su puerta entreabierta.



Edward estaba sentado sobre su cama, usando una agradable camiseta apretada de color azul. Sus piernas estaban cubiertas con el edredón y su portátil estaba abierto en su regazo, las notas y el escrito a su lado en el colchón. Su cara tenía una mirada de concentración, su cabello desordenado en la cima de su cabeza y estaba usando un pequeño par de gafas rectangulares.



¡Lindo!



Empuje la puerta lentamente. Esta crujió, protestando contra la bisagra, y Edward levantó la mirada, sorprendido de verme.



"Lo siento" dije en un susurro. "Pero es que realmente no puedo dormir." Él me sonrió cariñosamente y palmoteó el sitio vacío a su lado. Mis labios formaron una involuntaria sonrisa y me moví hacia él, lista para subirme.



"Estaré despierto por nos minutos más. Si quieres puedes coger algo para leer, tal vez te canses." Él señaló hacia el estante que cubría una pared entera de su cuarto, el espacio estaba compartido con una gran colección de CD's y libros. Mordí mi labio para mantener mi sonrisa a raya y salté hacia el, buscando en el lomo de los libros por un título que tal vez me fuera familiar o convincente.



Pede sentir los ojos de Edward en mi todo el tiempo. Estoy segura que esto era inesperado para él, al igual que para mi. Saqué uno de mis recientes favoritos, uno del que había estado hablando emocionada con quien me escuchara. Estaba sonriendo felizmente como caminaba alrededor de la cama de Edward y me subía, jalando sus perfumadas sábanas alrededor mío. Me apoyé de la misma manera que él contra el cabecero y abrí el libro.



Los dos hacíamos un buen par. Una hora después Edward bostezó y apagó su portátil, justo cuando yo iba a mitad de novela y mis ojos comenzaban a debilitarse. Marqué el libro con un pedazo de papel que él había dejado de lado y lo puse en la mesita de noche, apagando la luz y cayendo bajo los cobertores. Edward dio un cansado ay y puso su portátil en el piso. Recogió sus notas, colocándolas en orden y poniéndoles un portapapeles y luego las dejó caer en el piso. Poco después hubo un ruido seco de sus gafas y la luz se apagó.



Mi corazón detuvo su paso en un segundo. Oh, Dios, ¿por qué decidí meterme en su cama? Estaba temblando por estar tan frío, pero me dije a mi misma que me comportara y me estuviera lejos de él. Sólo tendría que tener debidamente en cuenta cuan rico olía su ropa de cama y cuan bien se sentía su presencia a mi lado. Ambos suspiramos, luego reímos. Me giré hacia él, justo como él hizo hacia mí. La luz de la luna (bueno, de los faroles) a través de la ventana golpeaba sus rasgos perfectamente, iluminándolo simplemente para que yo lo viera. Podía ver sus párpados cerrados, el arco de su nariz y la curva de sus suaves labios. Suspiré y mi cuerpo se sacudió por el frío.



"¿Estás bien?" preguntó gentilmente.



"Me estoy congelando," dije pasito y con una pequeña risa. Mis piernas se rozaron la una con la otra para tratar de sacar algún calor de ellas. Entonces lo sentí. Sus piernas se entrelazaron con las mías y me jalo hasta su pecho, envolviendo sus brazos alrededor mío. Mis brazos se movieron alrededor de su fuerte pecho e inhale profundamente, su olor era increíble.



"¿Esto está mejor?" Su voz era ronca y baja. No confiaba en mi misma para hablar. Mi corazón estaba fuera de control. Asentí y descansé mi cabeza contra él, justo como él recostó su cabeza en mi cabello y así caí pacíficamente dormida.



En la mañana pude sentir el pequeño frío en mi pecho. Estaba respirando por la boca, casi babeando toda la almohada de Edward, y tosí fuerte y de modo incontrolable. Mi nariz estaba caliente y tapada. No debí haber hecho tanto turismo. Escuché un crujido desde la puerta y miré para ver a Edward entrando, una bandeja en sus manos y una amplia sonrisa en su cara.



"Buenos días hermosa" dijo gentilmente. Me senté y él situó la bandeja en mi regazo. Había huevos, tocino, tostadas e incluso jugo fresco de naranja. Sonreí ampliamente y sorbí por la nariz. "Te dije que siempre te iba a llevar el desayuno a la cama, ¿cierto?"



"Gracias Edward," dije. Podía escuchar la congestión en mi voz. Sus cejas se arrugaron al verme.



"¿Te sientes bien?" me preguntó sentándose a mi lado y poniendo una mano en mi frente. Lo miré a los ojos mientras él miraba mi semblante seriamente. Mis ojos estaban centrados en sus labios, comencé a mirar fijamente. Eventualmente salí de mi ensimismamiento y comencé a comer.



"No estoy tan enferma Edward. Créeme. Puedo decir cuando mi cuerpo está en su límite." Expliqué. "Esto parece un resfriado normal, no debería durar mucho." Él me sonrío dulcemente y se movió para buscar algunas ropas en su armario mientras yo comía.



Fue unas pocas horas después cuando Edward y yo estábamos caminando hacia su carro, bien abrigados contra el enérgico viento de octubre. Él se veía simplemente despampanante en su camisa oscura y sin chaqueta, una bufanda alrededor de su cuello y su cabello volando desordenado en el viento. Me estaba llevando al trabajo con él para dejar el proyecto en el que había estado trabajando. Como era usual, miré fijamente los edificios que pasábamos mientras manejábamos, Edward estaba cantando con la radio.



"¡Hey, Edward! ¡No pensé que estarías aquí en tus vacaciones!" Dijo una chica una vez salimos del elevador.



"Hey Katie, créeme, no me corresponde," él sonrió. Yo le sonreí a la chica pero seguí de cerca a Edward. Ella estaba vestida con un suéter blanco, un chaleco negro encima, una falta negra y unos lindos zapatos de charol. Su cabello era café oscuro y caía sobre su hombro, la mitad atado en la base de su cuello. Ella me sonrió amplia y alegremente.



"Bella, ella es Katie McCarty, la hermana menor de Emmett," explicó Edward, señalándola como pasábamos.



"Hola," dije dándole la mano. "Es un placer conocerte. Tu hermano es todo un personaje". Ella se rió.



"No te preocupes, no soy como él," me aseguró. "He conocido a tu amiga, ¿Rosalie? Emmett está un poquito loco por ella," Sonreí.



"Rosalie está igual por él, estoy contenta de que haya conocido a tu hermano." Katie sonrió y Edward esperó por mi.



"Me había estado preguntando cuando te iba a conocer," dijo ella. "Edward casi se vuelve loco su último día aquí, todo lo que hizo durante la semana anterior fue hablar sobre ti."Me sonrojé de un brillante rojo y Edward rió entre dientes, agarrándome de la manga y jalándome con él. Nos movimos por un pasillo hacia una sofisticada oficina de metal y con vidrio borroso. Edward tocó suavemente la puerta antes de abrirla y entrar.



"¿Sr. Hann?" Tengo el escrito Goodman para usted," dijo Edward, caminando con confianza dentro de la oficina. Yo lo seguí nerviosa.



"¿El escrito Goodman?" ¿No se lo habíamos asignado a Michael?" Edward asintió, una expresión severa en su cara. Sorbí mis mocos y me quedé seguramente detrás de Edward.



"Él me abordó en mi último día y no me dejó otra opción que hacerlo," explicó Edward. La frente de su jefe se arrugó y hojeó las páginas de las notas.



"Tendré unas palabras con Michael sobre esto, te lo aseguro Edward. Recibirás lo que te corresponde, no te preocupes." Edward sonrió triunfante y se giró hacia mi, estirando su brazo par que me moviera dentro de el. "¿Imagino que esta el chica que llegaba y por la que estabas tan ansioso aquel último día?" preguntó. Pude sentir el calor en mis mejillas pero simplemente le sonreí.



"Si señor, Ella es Bella," dijo amablemente, mirando fijamente mi cara. Caminé hacia delante y le di la mano a su jefe.



"Es un placer conocerlo señor," dije, esperando que los nervios no fueran tan evidentes en mi tono. El Sr. Hann sonrió ampliamente.



"Puedo ver claramente por qué Edward estaba tan entusiasmado de que llegaras," murmuró él. Vi un rubor en las mejillas de Edward y sonreí para mi.



"Ha sido una larga estancia en Londres," le aseguré. Él nos deseó suerte en el resto de mi visita antes que nos giráramos y nos fuéramos, la mano de Edward en mi espalda. Había personas alineadas en sus puertas en el pasillo, saludando a Edward, pero él me susurró que estaban ahí solo para verme.



"¡Hey Ed!" una molesta voz llamó. Katie estaba parada cerca del comedor, sirviéndose un café y miró hacia arriba un poco sorprendida de vernos, o tal vez era porque la voz se dirigía hacia nosotros.



"Mike," siseó Edward, tratando de sonar civilizado. "Presenté tu escrito," dijo mordazmente.



Mike sonrió, pero me miró por todas partes, como si fuera un pedazo de carne. Edward achicó sus ojos y me puso más cerca. Me sonrojé. "Gracias por eso Ed. ¿Quién es esta que tienes aquí? ¿Nos presentas? Con la mirada furiosa que Edward le estaba dando, me sorprendió que él no se estuviera orinando en sus pantalones justo aquí, en el vestíbulo.



"Mike, ella es Bella, mi esposa. Justo nos estábamos yendo, de modo que adiós." Los ojos de Mike se abrieron de par en par como los míos antes que Edward me girara y nos moviera rápidamente hacia el elevador. Escuché a Katie riendo y diciéndonos adiós.



"¡¿Esposa? Pregunté ligeramente histérica mientras corríamos a su carro.



"Sip, siempre hemos dicho que estamos casados, pensé que era la forma más fácil de quitármelo de encima. Además, no quieres ser presentada como soltera ante Mike." Edward me mantuvo abierta la puerta, luego se apuró a su asiento, encendiendo el carro y sacándolo del parqueadero.



"¡Pero ahora toda tu entera oficina piensa que estamos casados!" Exclamé, Edward sonrió y se encogió de hombros. Se giró hacia mi, y el hecho que lo estuviera mirando brava sólo lo hizo sonreír más.



Por el resto del día Edward y yo nos sentamos en casa y él hizo todo lo que sabía para hacerme sentir mejor. Por la hora en que el sol se ocultaba casi no sentía que había estado enferma. Habíamos recibido una llamada de Rosalie diciéndonos que iba a quedarse fuera con Emmett y tampoco estaría en casa esa noche. Se estaba haciendo tarde, toda la ciudad estaba con las luces encendidas cuando Edward vino hacia mí, sentándose en el sofá, completamente vestido y listo para salir.



"Ponte tu abrigo," dijo dulcemente. "Se exactamente que podemos hacer, solo nosotros dos." Mis labios estaban sonriendo por si solos. No podía evitarlo si éste hombre ponía mi cuerpo involuntariamente eufórico.



Conducimos por unos pocos minutos a través de la ciudad, hacia el malecón. Una vez salimos, caminamos por un rato, Edward sostuvo mi mano y la puso en el bolsillo de su abrigo para mantenerla caliente. Mis mejillas estaban rojas, pero no sólo por el frío. Podía ver una gigantesca rueda de la fortuna blanca acercarse hacia nosotros. Eso me robó el aliento.



"¿Le temes a las alturas?" Preguntó Edward, el humor evidente en su voz. Me giré hacia él y rodé mis ojos.



"¿Qué es eso?" pregunté sin aliento.



"Eso, cariño, es el Ojo de Londres. ¿Te gustaría ir dar un paseo?" Mis ojos salieron disparados hacia su cara, bien abiertos por la emoción.



"¿Estas hablando en serio? ¿Podemos montar en esa cosa? Él simplemente se rió y tomó mi mano, caminando hacia el encargado. En cuestión de unos momentos estábamos dentro con otras pocas personas, haciendo nuestro ascenso hacia la cima. No puedo describirte en palabras la belleza de Londres desde esa altura. Había luces en todas partes. Podía ver la torre del Reloj, los edificios del parlamente, todo. La ciudad entera esta iluminada para que la viera, y una vez alcanzamos la cima, simplemente me robó el aliento. Quedé con la boca abierta y deje salir un suspiro, mis ojos deambulaban sobre todo lo que pudiera ver.



Edward dio un paso cerca de mí y enredó sus brazos a mí alrededor, mi corazón entró en horas extras.



"¿Te gusta mi cuidad?" él preguntó. Yo asentí y sonreí, colocando mi cabeza contra su pecho.



"Esta es una de las cosas más bellas que he visto, Edward. Gracias." Él sonrió y buscó mi cara por un momento. No puedo decir exactamente que estaba pensando, pero hizo bien a mi corazón verlo mirándome de esa forma, aquí arriba, en la cima del mundo.


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AWWWW!! CHICAS A QUIEN DE USTEDES LES PARECE HERMOSOO ESTE CAP? AWW ES UNO DE MIS FAVORITOS! EDWARD ES TAN ESPECIAL! LO AMOO! ♥
ESPERO SU COMENTARIO DICIENDOME QUE LES AH PARECIDO!
PERO BUENO LAS DEJO XQ TENGO QUE ALISTARME.. ¡¡¡VOY A LA PREMIER DE ECLIPSE!!!
WIIII.. SOY FELIZ! ♥ DESPUES LES CUENTO COMO ME FUE!
BESOS Y QUE TENGAN UN LINDO DIA! ♥

No soy como tú el desenlace


Bueno ayer se estreno despues de Crepusculo el segundo y ultimo capitulo de no soy como tu aunque no recibio mucho apoyo aqui se los dejo para quien quiera verlo =)












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En está ocación es la escena donde Taylor graba con su traje de Spandex y como veran más adelante, Kristen Stewatr lo acaricia.



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