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Me llamo Daneska Fals, vivo en venezuela, valencia, tengo 13 años, signo leo, cumplo en 8 de el 8 (agosto) soy muy loca y rara segun mis amigos (ojo no soy anti-social sino lo contrario) pues yo prefiero leer a ver tv, dormir en ves de salir y cosas así que no van dentro de lo comun! XD.. adoro pasar tiempo con mis amigos y familiares. estar en la compu, leer y escribir, me fascina sobremanera cuando me llega una rafaga de inspiracion (mucha de ella basada en Edward o Jake XD..) gracias por visitarme y estar un rato en mi loka compañia! =)
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miércoles, 30 de junio de 2010

Los Reyes Cullen

Disclaimer: Todos los personajes pertenecen a Stephanie Meyer y la historia es de Dayan Hale.




Capítulo 3




- Bella, hoy vino conmigo la princesa Alice – la señora Weber miró a Bella con algo de reproche.



- Yo…lo lamento…no volverá a ocurrir – se disculpó Bella nerviosa por que le quitaran su nuevo empleo en el castillo.



- De hecho, me pidió que te hablara de la posibilidad de servirla a ella también – la señora Weber le dijo a Bella – sus dos sirvientas se encargarían de su habitación, pero quiere que tú la ayudes a vestirse y a peinarse – continuó la señora Weber – claro que seguirías limpiando la habitación del príncipe Edward.



- Claro, me encantaría – respondió la chica – puedo encargarme de ambas cosas señora Weber, lo prometo



- Bien, ahora sube que la princesa te espera en sus aposentos.



Bella subió las escaleras a toda prisa y, como siempre que corría, se cayó. Llegó a la habitación de la princesa e hizo una reverencia.



Alice estaba feliz de que Bella hubiera aceptado servirla a ella también, conocía a Edward y sabía que no perdonaría ninguna imperfección en sus aposentos. La chica debía ser lo suficientemente buena para mantener a Edward contento y aparte servirla a ella, aunque en realidad no la quisiera como sirvienta, quería que fuera su amiga.



- Bella me alegra que hayas aceptado



- Es un placer para mí servirle su alteza – la chica replicó.



- Y lo primero que quiero que hagas es que dejes de llamarme "su alteza" – le pidió Alice y Bella la miró con los ojos muy abiertos – Bella si hay una razón por la que pedí que fueras mi sirvienta es porque quiero una amiga.



Bella no podía creerlo ¿una princesa quería ser su amiga? Debía de estar soñando, pero vio en los ojos que Alice no mentía. La princesa era muy inocente y en realidad necesitaba a alguien que la escuchara y la comprendiera. Pero Bella sabía que estaba mal, no podía ser amiga de una princesa, ella era solamente una sirvienta.



- Bella no sabes como me hace falta una amiga, es lo único que yo te pido, que me escuches, sólo eso – dijo la princesa al ver la vacilación en los ojos de la chica – nadie me escucha y en serio necesito a alguien que me apoye – sus ojos se llenaron de lágrimas – no tengo quien me escuche y esta soledad me está poniendo muy mal.



Si algo podía conmover a Bella, eran las lágrimas. Y se notaba que la princesa se estaba ahogando en tristeza, así que Bella decidió que si podía hacer algo por aquella princesita, lo haría.



- Claro que sí, su…



- Sólo Alice, por favor Bella



Eso iba a estar más difícil para Bella, decirle Alice a la princesa.



- Bien…Alice – dijo Bella vacilante y la princesa sonrió.



- Gracias Bella, no sabes cuanto necesito desahogarme



- Puedo darme cuenta, pero me pregunto que la pone tan triste si tiene todo en este mundo – Bella le dijo.



- Es que a veces siento que todo mundo me ignora y más el príncipe Jasper – Alice le contó y a Bella se le encogió el corazón.



La princesa sufría porque el príncipe Jasper no le hablaba y Bella sabía que el príncipe se divertía con una de las sirvientas. Bella no sabía que hacer, si decirle o no, de por sí Alice ya estaba muy triste así que decidió que lo mejor sería no decírselo. Quizá se lo diría cuando Alice se sintiera mejor.



Así fue como Alice le abrió su corazón a Bella, le contó lo mucho que le dolía sentirse alejada de todo, pero sobretodo, le contó lo mal que la ponía la indiferencia del príncipe Jasper.



- No sé que hacer Bella, Jasper me mira como si fuera una cucaracha – Alice le confesó a la chica



- Pero no lo es, Alice no eres ninguna cucaracha y no puedes creer que lo seas – Bella se enfadó, no con la chica sino con lo que había dicho – créeme después de estar ocho años trabajando aquí ni yo me considero una cucaracha, tú menos tienes que sentirte así. – Bella se inspiró tanto que comenzó a tutear a la princesa sin siquiera notarlo – No puedes dejar que las personas crean que eres una cucaracha porque sí las dejas, te conviertes en una.



Alice se le quedó mirando a Bella, la chica sí que tenía razón, cuando Bella hablaba, hablaba con su corazón. No estaba equivocada, Bella iba se iba a convertir en su mejor amiga con mucha facilidad.



Cuando acabó su discurso, Bella se dio cuenta de que había comenzado a tutear a la princesa y que le había gritado. Se comenzó a poner roja y bajó la vista avergonzada.



- Lo lamento su alteza no quería…



- Creo que quedamos en que no ibas a decirme "su alteza" – le recriminó Alice – además lo que me dijiste es muy cierto y te agradezco que me hayas dicho lo que me dijiste, eso es justamente lo que yo quería y esperaba de ti Bella, gracias.



- Pues de nada – respondió la chica sonrojada.



Por la noche Bella regresó a su pequeño cuarto, se acostó en la cama y se quedó dormida casi al instante.



Los días pasaban con calma en el castillo. Alice había mejorado mucho su estado de ánimo y ya no se molestaba tanto cuando Jasper le era indiferente, la amistad de Bella estaba ayudándole mucho.



La mañana de un sábado Bella estaba haciendo la cama del príncipe Edward. Se le había hecho tarde por haberse quedado dormida así que se apresuró lo más que pudo, sin embargo, no lo suficientemente rápido como para que el príncipe no lo notara.



Edward había ido a cazar temprano por la mañana, ahora sólo deseaba acostarse unos momentos en su cama. Al entrar a sus habitaciones vio a la chica haciendo su enorme cama.



- ¿Hasta ahora empiezas a hacer mi cama?



- Lo lamento su alteza pero me levanté tarde y…



- Claro, ahora resulta que los sirvientes se pueden levantar tarde y no atender a sus obligaciones – Edward le dijo a la chica.



- Lo lamento su alteza no volverá a ocurrir – se disculpó la chica.



- Más te vale, sino te vas del castillo – la amenazó Edward y salió de su habitación.



Bella terminó la habitación de Edward lo más rápido y bien que pudo, luego fue rápidamente a la habitación de Alice, pero la princesa ya no estaba ahí.



Alice había ido a buscar a Rosalie unos días antes y la chica la había ignorado monumentalmente… otra vez. Alice sólo quería que Rosalie le ayudara a conquistar a su mellizo, pero ella no le dijo nada.



Ahora Alice se disponía a conquistar al príncipe por sus propios medios. Caminó hasta la habitación de su prometido y no escuchó nada, tal vez sólo estuviera leyendo o no haciendo nada. Alice abrió la puerta un poco y eso bastó para romperle el corazón. Jasper estaba con una chica, por el uniforme tirado en el piso notó que era una de las del servicio.



- ¡Jasper!



- Ay Jessica, ojalá mi prometida fuera como tú, y no tan tonta e ingenua – Alice oyó a Jasper decir.



Alice salió corriendo a su habitación. Al llegar ni siquiera notó que Bella estaba ahí, se tiró a la cama y comenzó a llorar. Bella no sabía que hacer, se asustó mucho al ver a Alice así. Temerosa se acercó a la princesa, se sentó junto a ella y comenzó a acariciarle el cabello suavemente intentando consolarla.



- ¿Bella tú crees que soy tonta e ingenua?



- Claro que no Alice, eres la persona más dulce y tierna que he conocido – le dijo Bella dulcemente – no eres tonta ni ingenua, lo que pasa es que eres inocente Alice y muchas personas creen que ser inocente es ser ingenua ¿por qué dices eso Alice?



- Jasper…Jasper estaba con una chica del servicio y le dijo que ojalá yo fuera como ella, y no tan tonta e ingenua.



Así que Alice ya había visto a Jasper con Jessica. Bella no dijo nada y se limitó a acariciar el cabello de la princesa suavemente. Alice tenía un gran problema, ella veía el mundo desde una burbuja de inocencia y ternura, por eso el mundo real la desgastaba tanto.



Bella se quedó acariciándola hasta que se calmó, deseaba decirle que no se preocupara ni llorara por ese imbécil, pero daba la casualidad que ese imbécil iba a ser su esposo y no había manera de evitarlo. Esa era una de las cosas que a Bella más le molestaba del mundo de la realeza. No poder escoger con quien vivir el resto de su vida.



- Alice, no eres ingenua y no eres tonta, solamente eres una niña, tus sentimientos están cambiando para convertirte en una mujer y créeme que cuando seas una mujer completa, Jasper no volverá a decir que eres una tonta.



- ¿tú crees?



- Claro



Y Alice escuchó y le creyó a Bella. Esa misma tarde Alice fue a la biblioteca y encontró ahí a Rosalie. Alice decidió ignorarla e ir a buscar un libro con el que pasar el rato. Cuando se sentó en una mesa, Rosalie se sentó frente a ella.



- ¿Alice quieres que te dé un consejo? Olvídate de mi hermano, deja de ser tan niña y madura, diviértete, acuéstate con cuantos hombres quieras, has lo que quieras, sé libre – Rosalie le dijo – créeme no hay cosa que te haga sentir mejor que eso.



Alice tenía 16 años, una edad difícil en la que puedes cometer los mayores errores de tu vida y te dejas influenciar por las otras personas. Alice no era la excepción a la regla. Pero mientras Rosalie le decía todo esto, Alice notó que Emmett estaba por ahí. Era raro ver a Emmett en la biblioteca, Alice se preguntó si su hermano sabría leer.



Al llegar a su habitación por la noche, Bella ayudó a Alice a deshacerse los nudos de su vestido, del corsé y la despeinó. Cuando le puso el camisón y la arropó en la cama, se fue.



En la habitación de Rosalie todo estaba iluminado por una simple vela. Rosalie estaba sentada en su silla frente al tocador cepillándose el cabello.



Una sombra cruzó la habitación y la vela se apagó. Rosalie sonrió al sentir aquellas manos sobre su cuerpo y esos labios sobre los suyos.



Al día siguiente Bella se levantó temprano y fue a hacer la habitación de Edward rápidamente, sabía que el príncipe cumpliría con su palabra de correrla si no lo hacía. Bajó a desayunar con Jessica y Angela y subió a atender a Alice.



- Buenos días Alice ¿cómo estás esta mañana? – preguntó Bella mientras sacaba el vestido que Alice usaría ese día



- Mejor Bella gracias ¿qué tal tú?



- Mejor que ayer, esta vez no me paré tarde y pude asear la habitación del príncipe Edward antes de que él regresara – le contó Bella mientras le ayudaba a Alice a colocarse el corsé.



Cuando Bella terminó de arreglar a Alice, la chica fue a su habitación.



Edward fue a su habitación después de haber entrenado toda la mañana. Se iba desabrochando la camisa, ya había ordenado que le subieran un baño, abrió la puerta y entró a su habitación, las cosas estaban en orden, la chica definitivamente había entendido a ser puntual y dejar todo en orden. Eso creyó hasta que vio que una camisa había quedado tirada en el suelo



- No puede ser – suspiró – esta chica es una verdadera tonta



Se aproximó a la puerta que comunicaba con la habitación de su sirvienta y la abrió sin tocar ni nada. Bella estaba acostada en su pequeña cama leyendo cuando la puerta se abrió de golpe.



- Tú de veras eres una inepta, ¿es qué acaso no puedes dejar la habitación impecable? – Edward le gritó a la chica cruelmente.



- Su alteza yo…



- Tú nada, eres una inútil ¿no puedes hacer nada bien?



Si algo había en Bella, era valentía y si algo le había enseñado la mujer que la crió fue jamás dejar que las personas la trataran como basura. Haciendo acopio de ambas cosas se levantó de la cama mirando al príncipe fijamente.



- Con todo respeto su alteza, no tiene ningún derecho a hablarme así, sí, soy una sirvienta, sí, trabajo para usted, sí, no tengo la misma educación que usted y sí, no soy de la realeza ni gozo de sus privilegios, pero soy una persona al igual que usted y así como usted merece respeto, yo también lo merezco, porque aunque mis labores no sean tan importantes como las suyas yo me aseguro que usted tenga sus cosas en orden – Edward la miraba despectivamente, pero ni eso iba a acobardar a Bella – no puedo ser perfecta su alteza, lo lamento tengo defectos como todo el mundo y sí, lo incluyo en todo el mundo porque es usted una persona cruel y egoísta que no se molesta por los demás – las lágrimas amenazaron con salirse de sus ojos – cometo errores su alteza, como todos los hemos cometido alguna vez y le he pedido disculpas humildemente y usted no hace más que insultarme.



Edward no daba crédito a lo que sus oídos escuchaban, jamás una sirvienta le había hablado así y nadie en este reino se había atrevido a reprocharle nada. El valor de la chica le impactó y sus palabras le llegaron al corazón. Esa chica hablaba con el corazón en la mano, no importaba lo que los demás fueran a pensar de ello.



- ¿Sabes? Podría hacer que te colgaran por lo que acabas de decirme



- Entonces hágalo su alteza, mándeme colgar por ser honesta y por defender mi condición de humana – la chica le dijo con la barbilla en alto.



- Ordené que me subieran un baño, cuando acabe quiero que te deshagas del agua y lleves la ropa a la lavandería – Edward le ordenó y salió de la habitación.



Bella seguía parada en el mismo lugar, aún sin poder creer que hubiera podido decir lo que había dicho en ese momento. Se sentó en la cama y exhaló profundamente. La puerta volvió a abrirse y su corazón se paró en ese instante.



- ¿Cuál es tu nombre?



- Isabella, su alteza – respondió la chica.



- Acepto tus disculpas, Isabella.



- Me aseguraré de que su habitación quede en orden nuevamente después de su baño su alteza – replicó Bella sorprendida por la actitud del príncipe



Edward cerró la puerta y en ese momento entraron tres sirvientes cargando cubas con agua tibia que vaciaron en la bañera que el príncipe tenía en su vestidor (N/A: eso es verdad, los reyes y príncipes tenían una bañera en sus habitaciones).



Acabado el baño, Edward se fue a la biblioteca a estudiar con su profesor. Bella entró a las habitaciones del príncipe, tiró el agua de la bañera, la secó y se llevó la ropa del príncipe a su habitación para luego bajarla a la lavandería. De uno de los bolsillos de una camisa salió un pedazo de papel



Gracias por facilitarme la vida, Isabella



Se sorprendió mucho ante esa nota, ¿el príncipe Edward agradeciéndole a ella? Bajó la ropa a la lavandería y la señora Weber la mandó llamar. Bella suspiró, había ido mucho a esa oficina últimamente.



- Bella, este fin de semana hay baile otra vez – la señora Weber le informó a la chica – sólo que esta vez vendrán las princesas españolas y bueno, creo que sabes como son, quieren mínimo a tres sirvientas por cada una y necesitamos a Angela y a Jessica ¿podrías encargarte de las habitaciones de los tres príncipes tú sola?



Bella ahogó un suspiro, tres habitaciones, una princesa que la quería de amiga, un príncipe con el que tenía que irse con cuidado y tratar con otros dos príncipes ¿podía esto ponerse peor?



Pero Bella sabía que no podía negarse, vivía en el castillo, no tenía a donde más ir, no podía arriesgarse a perder el techo que la cobijaba, aunque eso implicara más trabajo para ella.



- Claro que sí señora Weber, cuente conmigo – le respondió la chica con una sonrisa.



- Nos caíste del cielo Bella, en serio – la señora Weber se quitó un peso de encima con la aceptación de la chica.



Bella regresó a su habitación y Angela y Jessica se reunieron con ella.



- No es justo, cómo te envidio – le dijo Jessica a Bella – esas cuatro son las peores princesas que puede haber en este mundo, ni Rosalie es así de molesta.



- Y que lo digas – se quejó también Angela.



- Oigan chicas ¿Jasper y Emmett son tan…enojones como Edward? – quiso saber Bella, mejor ir conociendo para quien iba a trabajar.



- No, con Emmett mientras tengas su cama tendida no tienes problemas, suele ser muy lindo conmigo – respondió Angela – cuando entra y yo estoy haciendo su habitación me saluda y me pregunta como estoy



Bueno, eso ciertamente le restaba una preocupación a Bella. Pero el que le preocupaba era el príncipe Jasper, Bella era una chica que valoraba su trabajo y quería complacer a los príncipes, pero ella no se acostaría con el príncipe Jasper.



Bella tenía poca experiencia con los hombres…mejor dicho, su experiencia era nula, no había experiencia. No había salido con ningún hombre, era virgen y sus labios jamás, jamás habían sido besados.



Y ciertamente el príncipe Jasper no iba a ser el primero en besarla y mucho menos en acostarse con ella.



- ¿Qué hay de Jasper? – preguntó Bella a Jessica.



- Bueno…al principio, no lo veía casi nunca, suele levantarse temprano y no regresa a su habitación hasta la noche, por lo que no creo que te lo encuentres, pero sería una verdadera lástima, el príncipe Jasper es un amante…per- fec- to



Menos mal, podría arreglar primero esas habitaciones para evitar encontrarse con el príncipe Jasper, mientras menos lo viera mejor.



Cuando Angela y Jessica se fueron Bella se quedó dormida pensando en como administraría su tiempo para que ninguno de los príncipes quedara inconforme con su trabajo.





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Pequeño adelanto del próximo capítulo:



- Alice, ¿qué te pasó? – Bella caminó hasta la cama. - ¿Qué ocurrió anoche?



- No…no lo sé… - la princesa respondió entre sollozos. – no recuerdo nada de lo que pasó anoche y …

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AHHH! SE PONE INTERESANTE LA HISTORIA NO? ESPERO QUE LES GUSTE!
SOLO DIGANME QUE LES PARECE SI?
BESOS! ♥

Ella Marca La Diferencia

Disclaimer: Todos los personajes pertenecen a Stephanie Meyer y la historia es de Sorciere-Rouge.



Capitulo 3




Nuestros labios se separaron a causa de una tímida sonrisa por parte de Alice, evitando mi mirada, una imagen tan dulce solo podía producirlo ella. Exhale un suspiro inconsciente pidiendo en mis adentros que no se hubiera dado cuenta pero una parte de mi me dijo que no me preocupara, después de ese beso estaba creciendo en mi un sentimiento desconocido, llenando rápidamente mi cuerpo de calor… ¿extraño verdad? Pensé para mis adentros.



-señorita Alice- dije muy bajo para no romper el aura que se había creado en nosotros ajeno a cualquier cosa de este mundo.



Entonces me miro- Jasper, no me digas señorita, solo soy Alice- frunció el ceño.



-lo hice para que pudieras mirarme Alice- sonreí satisfecho cuando pude percibir que se relajaba.



-si Jasper. Tú fuiste el primero en besarme- me sorprendí, ¿habría visto eso en alguna visión?



-¿en serio?, es usted…disculpa, tu eres una mujer muy hermosa Alice- me sentí tímido, pero era verdad, su belleza me cautivaba cada segundo más. Ante esta afirmación sonrió cálidamente y se sentó en la cama y me hizo señas con la cabeza para que la acompañara, a la cual obedecí, lentamente rodee su cintura con mi brazo y coloque su cabeza en mi regazo respirando el aroma que provenía de su cabello negro. Me sumergí en mi vida antes de ella, el único aroma que me había importando antes era el de la sangre humana y sentir su esencia era algo totalmente nuevo…



-gracias Jasper-



-creo que es hora de conocernos mejor- le dije- las damas primero- ella simplemente asintió con un movimiento rápido en su cabeza.



-la verdad es que no recuerdo nada de mi vida antes de convertirme en vampiro Jasper. No sé quien me convirtió, ni porque, mis recuerdos empiezan con el dolor de la transformación. Fue muy duro a partir de ese momento entender todo lo que era yo, aunque siempre conté con mis visiones- sonreía, aunque no la veía sabía que así era y el calor volvió a mi cuerpo- cada paso que daba estaba más cerca de ti, eso lo sabía, pero el tiempo se me hizo muy lento, no podía esperar para verte, para vivir todo lo que teníamos que vivir…- ella me esperaba, cuan solo había estado y ella me buscaba, ese pensamiento choco en mi cabeza, si ella solo supiera lo errante que había estado mi vida cuando ella me buscaba… no… negué con un pensamiento más firme que el llamado conciencia aplastándolo. ¡No! me volví a repetir, ella no iba a saber jamás quien era yo.



-pero porque yo…- se me escapo de los labios en un leve susurro.



-no lo sé, creo que tenemos toda una vida para averiguarlo ¿verdad?- entonces me abrazo, guarde la respuesta para mi, ella lo sabía y sin muchas explicaciones sabia que estaría donde ella estuviera, no necesitaba decírselo, la respuesta hubiese sido un poco ilógica si saliera de mis labios, un simple si no expresaba con claridad el tiempo que quería estar con Alice.



-y ¿Qué te gusta hacer además de ver el futuro?- ella sonrió. Con un rápido chequeo comprobé que se sentía en confianza, con ella no hacía falta dominar las emociones.



-me gusta ir de compras, me encanta la ropa. ¿Y a ti Jasper?-



-mmm…-pensé lo que antes hacía era satisfacer las necesidades de María con su ejército de neófitos para poder recibir la recompensa de sangre. Ese recuerdo me incomodo. María- pues contigo de mi lado las apuestas, creo que ganaríamos mucho y te podrías comprar toda la ropa que te guste-



-estoy segura que disfrutaras haciendo apuestas con Emmett. Pero Jasper cuéntame más de ti- inevitablemente me tense, trate de mantener la calma a mi alrededor-ya sabes que no tengo pasado, cada vez que trate de ver en mis visiones algo referente a tu historia se me era imposible-



-Alice-



-vamos cuéntame- en su inocencia no podía percibir mi rechazo e incomodidad, ella no lo estaba haciendo con mala intensión, no era su culpa que su camino estuviera ligado a alguien como yo…



-siempre quise saberlo todo Jasper, todo de ti- su voz se hizo ausente. Un huracán de recuerdos llegaron a mi cabeza… las guerras…la sangre de humano…neófitos…Peter huyendo…María. La imagen de mujer de piel muy pálida con facciones marcadas mexicanas y cabello negro y largo me miraba con esos ojos llenos de odio. Al siguiente segundo estaba en la esquina de la habitación, observando el recuerdo de María en mis parpados, estaban grabados como un horrible fuego. Observe a Alice tenia los labios delicadamente entreabiertos, su mirada traducía sorpresa y cautela, busque rápidamente controlar mi emociones para ayudar a mejorar el ambiente, pero no, no podía concebir la calma, su recuerdo nunca había sido tan vivido como en ese instante, no era miedo a ella lo que sentía, era miedo al pasado que ella me arrastraba.



Alice, pensé, solo me observaba como una estatua y sentí miedo por primera vez desde que había estado con ella ¿es que acaso me tendría miedo? No pude mirarla por más tiempo, baje mi cabeza y me senté en el suelo, buscando autocontrol, María… tantos años habían pasado y precisamente cuando conseguía tranquilidad su recuerdo se avecinaba con ganas de destruirlo todo, tan característico de aquella mujer.



No me di cuenta cuando ella se acerco y puso su mano en mi cabeza, su leve tacto, me envolvió con una descarga a mi cuerpo. Se arrodillo con esa gracia hasta que su rostro quedara a la altura del mío, pero yo seguía mirando el suelo avergonzado quizás inquieto.



-disculpe señorita Alice- solo me atreví a decir eso- no fue mi intención asustarla. Solo fue...- entonces me interrumpió en silencio negando con un leve movimiento de su cabeza.



-Jasper, hay que seguir, esta apunto de llover y tenemos que llegar con los Cullen, es hora. Además los humanos han decidido regresar y no quiero ponerlos en peligro-tomo mi mano derecha y me empujo suavemente hacia adelante se puso un abrigo que estaba en el armario y dejamos la cabaña. Mire una última vez la cabaña donde Alice y yo nos besamos. Ojala pudiera dejar también hay el recuerdo de mi pasado, por un momento desee ser como Alice sin pasado y yo en cambio con uno que me pesaba tanto en estos momentos.



No me había dado cuenta cuando el clima había cambiado. Efectivamente el cielo nublado, estaba a punto de que se precipitaran las gotas de lluvia, caminamos con velocidad por el bosque, demasiado verde. Alice seguía tomando mi mano y por otra parte sentí la necesidad de apretarla, no quería que escapara, no quería yo escapar de ella, alejarme… mi mente deambulo hasta dar con el problema… Alice era el problema, había enterrado mi pasado tanto tiempo que al llegar a mi vida todo se removió, era cuestión de tiempo para que las cosas se salieran de control, o le contaba mi pasado todo lo que había hecho o terminaría creando miedo en ella por reacciones sin justificación alguna. Ninguna de las opciones me eran aceptables, igual la perdería, cualquiera que fuera su sentimiento por mi se habría desvanecido antes de que termina de contar mi historia. Solo quería estar con ella, solo eso. Qué pensaría de mí en estos momentos. Pose mis ojos en su cabello negro aun danzando para mi, su piel blanca, cerré los ojos y aspire su aroma, desee tocar su piel perfecta, busque sus labios rosados y delicados, los había probado, ¿Cómo iba a separarme de ella? La idea me produjo dolor físico en el pecho, mi corazón no latía y no había forma de entender pero simplemente como todo lo que había traído Alice a mi vida encajaba en un orden que solo ella conocía.



Había empezado a llover mientras seguía el silencio, ella sabía exactamente a dónde íbamos porque giraba de vez en cuando y cruzaba en alguna dirección, su mano pequeña seguía hay como muestra de que ella existía. Alice simplemente estaba en paz, tal vez no la había asustado, tal vez… se lo iba a preguntar.



-Alice-dije y ella volvió a parar, estábamos casi llegando a una montaña aunque no tenía idea de donde nos encontrábamos. Poso sus ojos dorados en mi y ahí fue donde me contuve para besarla en ese mismo instante, pues tenía que decirle que sentía.



-esto tiene que ver con lo que hablamos en la cabaña- eso no fue una pregunta, el fuerte viento se llevaba sus palabras con violencia- Jasper-bajo su mirada- entiendo que tu pasado sea complicado-



-pues, así es Alice- solo me atreví a decir eso, eso era lo único que podía confesarle sin perderla, mi conciencia me hablaba con un tono más alto de lo habitual y me decía claramente egoísta.



-¿necesitas tiempo?- pregunto.



-si Alice-



-¿pero me lo dirás algún día?- ¿había sido esa una pregunta o una afirmación escondida? Pero no tuve valor suficiente para preguntar. Valor algo que nunca había faltado en mí, me reí de mi mismo con sarcasmo.



Levante su cara, el viento hacia que su corto cabello negro estuviera mas desordenado que de costumbre, simplemente adorable. Quería besarla, cada parte de mi cuerpo se sentía atraído por sus labios, a sus ojos enigmáticos. Mi mano se tenso.



Nos miramos por unos segundos que tal vez fueron horas, o minutos, estar bajo su mirada me hacia querer siempre estar junto a ella, pero ahí estaba el problema… ahora tenía miedo de perderla.



-¿puedo besarla señorita?- dije sabiendo que mi control no duraría mucho tiempo más. Y para mi alivio ella sonrió.



- si señor Jasper, tiene permiso para besarme- la tome nuevamente en mis brazos, la distancia física antes de llegar al beso se me hizo larga, pero de nuevo desde el despertar de mis miedos estábamos juntos. Su sabor embriagante era ahora mío, me sentí protector de cada parte de su cuerpo, me sentí dueño de su piel, la quería para mi… egoísta decía nuevamente mi conciencia, pero apague mi mente cuando la abrace con mas fuerzas. Me sentía ansioso en sus brazos, queriendo probar cada parte de su boca, de sus labios, su lengua bailaba para mí dulcemente y mis manos tocaban su cuello con delicadeza, su piel tersa y suave.



-tuya- me dijo con un tono de voz tan bajo que casi pensé que lo había imaginado. Quise gritarle que era de ella, yo, Jasper Whitlock era solo de Alice y que ninguna otra mujer podía hacerme sentir como ella. Pero una vez más las palabras eran pequeñas, se volvían nada bajo su mirada y nulas comparadas con mis sentimientos crecientes hacia esta hermosa mujer.



Volvió a tomar mi mano, derrochaba felicidad aunque no tanto como yo. Aceleramos el paso, sus piernas eran rápidas, me atrevería a decir que mucho más que las mías, sonreí, con nuestras manos entrelazadas camino a nuestro encuentro con la familia Cullen. Confiaba en Alice, no por su facultad para ver el futuro, más bien por todo lo que ella estaba representando para mí. Si ella se sentía emocionada al aproximarse el encuentro con los Cullen a cada paso, yo por mi parte estaría más que feliz por verla sonreí…


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CHICAS DISCULPEN POR TARDAR EN SUBIR CAP ES QUE EH ESTADO UN POQUITO ATAREADA PERO BUENO, ESPERO QUE LES GUSTE!
BESOS! ♥
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