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Me llamo Daneska Fals, vivo en venezuela, valencia, tengo 13 años, signo leo, cumplo en 8 de el 8 (agosto) soy muy loca y rara segun mis amigos (ojo no soy anti-social sino lo contrario) pues yo prefiero leer a ver tv, dormir en ves de salir y cosas así que no van dentro de lo comun! XD.. adoro pasar tiempo con mis amigos y familiares. estar en la compu, leer y escribir, me fascina sobremanera cuando me llega una rafaga de inspiracion (mucha de ella basada en Edward o Jake XD..) gracias por visitarme y estar un rato en mi loka compañia! =)
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miércoles, 1 de septiembre de 2010

Los Reyes Cullen

 Disclaimer: Todos los personajes pertenecen a Stephanie Meyer y la historia es de Dayan Hale.
 


Capítulo 10.

Habían pasado dos días desde el incidente con Alice y la princesa aún no despertaba. Esos últimos dos días, la fiebre se le disparó y a causa de ello deliraba mucho. Jasper no se había ido de su lado para nada.

- Ay Alice…¿por qué te metes en problemas cuando no estoy contigo? – Jasper tenía una mano de la princesa entre las suyas.

Bella tocó la puerta suavemente y entró con el desayuno del príncipe y unas toallas húmedas para Alice.

- Buenos días su alteza – saludó Bella

- Buenos días Bella – respondió Jasper.

- Le traigo su desayuno – Bella lo dejó en una mesita y fue a ponerle las toallas a Alice en la frente – se ve mucho mejor, no creo que tarde mucho en despertar – Bella miró al príncipe – en cambio usted se ve muy mal su alteza, debería ir a dormir un rato, se le ve muy cansado. Yo me quedaré con Alice.

- No quisiera irme – Jasper comenzó a desayunar – no, no voy a dejarla sola de nuevo.

- No está sola su alteza – dijo Bella – y si me lo permite creo que le convendría descansar antes de que ella despierte, cuando la princesa recupere toda su energía querrá seguir haciendo de las suyas.

Jasper no pudo argumentarle nada de eso a Bella, ella tenía razón, en cuanto Alice se despertara querría ir de aquí a allá. Probando cosas nuevas y Jasper no iba a dejarla sola en sus aventuras nunca más.

Cuando acabó de desayunar se excusó y fue a dormirse por unas cuantas horas, pero antes de irse besó a su prometida en la frente y a Bella se le hizo un nudo en la garganta al notar el amor que desprendía Jasper. Su preocupación era tangible en el aire.

Edward se levantó por la mañana y bajó a desayunar. En el comedor sólo estaban Emmett, Rosalie y Tanya.

- Buenos días – saludó Edward.

- Buenos días – respondieron los otros tres.

Rosalie había sido la primera en levantarse y ella y Tanya fueron las primeras en entrar al comedor. Después llegó Emmett y el ambiente se había llenado de tensión.

Edward fue a sentarse junto a Rosalie y la besó en la mejilla. Los cuatro desayunaban sin decir ni una sola palabra. Emmett y Rosalie estaban concientes de que Tanya no pasaría por alto ninguna mirada entre ellos así que debían ser muy cuidadosos.

Tanya no apartaba la mirada de Rosalie, no esperaba el momento de descubrir el amorío entre ella y Emmett. Mientras que Edward no percibía nada extraño entre los otros tres presentes.

- Voy a ver como está Alice – Edward le dijo a su prometida acabando de desayunar

- Claro – Edward la besó en la frente y salió de ahí.

- Yo también me retiro – Tanya se levantó y Emmett la ayudó a levantarse – gracias

- Para servirte – le respondió Emmett besando su mano y sentándose de nuevo.

Tanya salió del comedor y dejó la puerta un poco abierta con la esperanza de ver a Rosalie y a Emmett y así poder descubrirlos con las manos en la masa. Pero eso no llegó a pasar pues Rosalie bebió un trago de jugo y miró a Emmett penetrantemente. Emmett le respondió a la mirada.

Rosalie se había dado cuenta de que la puerta no había sido cerrada del todo y sabía que Tanya los vigilaba.

- ¿Dormiste bien, Rosalie? – preguntó Emmett sin curiosidad.

- Bastante bien gracias ¿qué tal tú?

- Muy bien gracias

- Me alegro, si me disculpas príncipe, tengo que ir a ver a la reina – Rosalie se paró y Emmett hizo lo mismo.

- Permíteme escoltarte – Emmett le tendió su brazo a Rosalie y ella lo tomó.

Tanya se fue hacia la biblioteca. ¡Rayos! Habían estado solos y nada. Pero ya los descubriría, tarde o temprano.

Arriba, los reyes estaban en su habitación.

- ¿Has ido a ver a Alice? – preguntó Carlisle a su mujer.

- Fui ayer por la tarde – respondió Esme con poco interés.

- ¿Sabes, Esme? Mínimo podrías fingir un poco – Carlisle amaba a su mujer, pero también estaba al tanto de la poca atención que ésta tenía con Alice y Emmett – Alice y Emmett son tan tus hijos como lo es Edward.

- El heredero es Edward – fue la seca respuesta de la reina.

- Es increíble, casi perdemos a Alice y a ti poco te importa.

Carlisle salió de la habitación, no quería discutir con Esme, pero quería que ella entendiera que Alice y Emmett eran tan valiosos como lo era Edward. Carlisle los quería a los tres igual, porque los tres eran sus hijos, sin importar quien fuera el heredero.

Ojalá Esme lo viera antes de que fuera demasiado tarde.

Bella estaba cuidando a Alice cuando Edward llegó.

- ¿Cómo está?

- Mejor, ya no delira y su temperatura está bajando considerablemente – Bella le contestó al príncipe.

- Ay Bella, no sabes cuán agradecidos estamos contigo, salvaste a Alice de una muerte segura.

- Yo no fui, fue el príncipe Jasper que la encontró a tiempo – Bella rehuyó la mirada del príncipe Edward.

- Pero sin tu ayuda habría muerto – Edward le dijo seriamente – Bella mírame

Bella hizo acopio de todas sus fuerzas y lo hizo. Miró los ojos verdes que habían sido su perdición para siempre.

- De verdad estoy muy agradecido contigo por haber salvado a mi hermana – Edward besó a Bella en la frente – muchas gracias Bella, de todo corazón.

Y Edward se fue en ese momento. Bella se quedó helada, no, simplemente no podía creer que el príncipe la hubiera besado, aunque fuera sólo un casto beso en la frente. El príncipe la había besado.

Antes de que pudiera siquiera reaccionar, la puerta se abrió nuevamente y Bella al voltear, vio al rey ahí parado.

- Buenos días su majestad – Bella se levantó e hizo una inclinación.

- Buenos días Bella ¿Pasaste una buena noche? – Preguntó el rey con amabilidad.

- Sí, su majestad ¿y usted?

- También, gracias – Carlisle se sentó en una silla frente a la cama de Alice - ¿cómo sigue?

- Mejorando, su majestad – respondió Bella cambiándole la toalla a Alice – la fiebre va bajando poco a poco.

Carlisle recordó que ella era la chica de la que tan bien hablaba Edward. Carlisle había notado que la chica no era como las demás sirvientas del castillo, era muy propia, respetuosa y siempre se preocupaba por la princesa y al parecer por los tres príncipes también.

- Bella Edward me ha contado que disfrutas leer – el rey comenzó la plática.

- Pues sí, su majestad – Respondió Bella sonrojada.

- Y también me dijo que tu manera de ver la vida lo ha dejado impactado y aquí entre tú y yo, es bien difícil impresionar a Edward – Carlisle le seguía diciendo a la chica y Bella creía que alcanzaría el color de una manzana

- El príncipe exagera, su majestad

- No, lo creo – Carlisle le dijo – no es algo por lo que debas avergonzarte Bella

Bella miró al rey y éste le estaba sonriendo con calidez. Bella sólo pudo asentir levemente. Así fue que el rey y Bella se quedaron platicando acerca de la vida y Carlisle se maravilló al oír a la chica hablar. Su hijo no se equivocaba, Bella era una chica bastante inteligente.

Rosalie y Emmett fueron con la reina, que ahora se encontraba en los jardines.

- Buenos días su majestad – saludó Rosalie a la reina.

- Buenos días cariño – respondió la reina – y buenos días a ti también Hijo.

- Buenos días madre – Emmett besó su mano – bueno yo me retiro, Madre, Rosalie.

Emmett se fue y Rosalie y la reina se quedaron ahí sentadas por unos momentos. La reina esperaba a que su hijo estuviera lo suficientemente lejos como para que no las escuchara hablar.

- ¿Cómo estás Rosalie?

- Bastante bien su majestad, gracias

- Me alegro – la reina le dijo sonriendo – ay Rosalie, ya quiero verte casada con Edward.

Rosalie ahogó un suspiro, siempre que hablaba con la reina era para lo mismo. La boda con Edward, la boda con Edward y la boda con Edward.

- Lo sé su majestad – respondió Rosalie.

- Pero es que Emmett es un necio, se niega a casarse con Tanya, yo no entiendo por qué, Tanya es hermosa no tanto como tú pero lo es

- ¿Y no ha pensado que Emmett quiera a otra princesa? – Rosalie debía de ser muy cuidadosa en este aspecto.

- No creo, Emmett no piensa mucho en eso – la reina dijo sin interés – además Tanya es la mejor opción, es princesa heredera y Emmett podría ser el rey consorte.

Rosalie ya no quería seguir oyendo lo mismo, siempre era lo mismo con la reina. Nadie desconocía la preferencia que la reina tenía por su hijo mayor. Rosalie incluso pensaba que la reina no reconocía a Alice y a Emmett como sus hijos.

"Pobre reina, ¿qué pasará cuando Edward ya no esté?" pensaba Rosalie. En ese momento Tanya llegó con ellas.

- Tanya, querida buenos días – saludó la reina con una sonrisa fingida.

- Buenos días su majestad – Tanya hizo una leve inclinación.

- Siéntate querida, estamos hablando de sus matrimonios

"¿De qué más si no?" pensaba Rosalie.

Tanya miró a la otra princesa con una sonrisa un tanto malévola.

- ¿Ah sí?

- Sí, le decía yo a Rosalie que no hay mejor princesa que tú para Emmett – la reina le dijo.

- Se lo agradezco mucho su majestad – Tanya dijo "humildemente"

- Sí, desde que los vi en el jardín aquella vez.

Tanya le dirigió una mirada acusadora a Rosalie y ella ni se inmutó, aunque le dolía no poder decir que ella era la mujer a la que había besado Emmett aquella noche.

- Bueno, la verdad es que no esperábamos que nadie estuviera mirando – Tanya dijo y miró a Rosalie.

"Vamos Rosalie, dile a la reina que no era yo la que estaba con Emmett en esos momentos" pensaba Tanya sin dejar de mirar a Rosalie.

- Ay cariño ni te preocupes, estoy segura de que nadie más los vio – La reina intentó "tranquilizar" a Tanya

"Por favor que nadie más haya visto" rogaba Rosalie para sus adentros.

Mientras tanto, Edward estaba en la biblioteca y Emmett entró nada más por hacer algo. Edward levantó la vista al ver a su hermano, hacía muchísimo que él y Emmett no hablaban como hermanos.

Y en ese momento recordó varios de los momentos que había vivido junto a su hermano. Su primera borrachera, la primera vez que ambos se acostaron con una mujer, las veces que hicieron de las suyas en el castillo. Emmett y Edward eran cómplices en cada travesura y así habían sido hasta que Edward cumplió los 19.

Edward sabía que Emmett estaba resentido con él por haberlo abandonado, pero no encontraba la manera de disculparse con su hermano. Y jamás se habría dado cuenta del gran daño de no ser por Bella.

Ella le había enseñado que lo más importante era vivir la vida día a día con pasión, como su fuera el último. Y Edward había desperdiciado no sólo días, sino años de no haber estado más con su hermano y no sólo con él, también con Alice.

Edward se quedó pensando

"Cuando la muerte se acerca demasiado, es cuando nos damos cuenta de lo valioso que es el tiempo con tus seres queridos, y a veces es demasiado tarde"

Emmett ya estaba acostumbrado a que su hermano no le hablara, así que él no hizo ningún intento de entablar conversación con él.

- ¿Emmett? – llamó Edward.

- ¿Te diriges a mí? – Emmett le preguntó a su hermano mayor con sarcasmo.

- Sí, sólo conozco a un Emmett – Edward le dijo intentando sonreír.

- Si es así, ¿qué se le ofrece al príncipe Edward?

- Emmett, hermano sé que estos años…

- Mira Edward no empieces ¿quieres?

Y dicho esto, Emmett salió de la habitación, dejando a Edward arrepentido. No podía recuperar el tiempo perdido con su hermano, pero haría lo que estuviera a su mano para compensar esa ausencia.

Y no solamente con Emmett, cuando Alice se mejorara, también intentaría mejorar su relación.

Bella estaba con Alice, se le hacía tarde para sus demás labores, pero le había prometido al príncipe Jasper que se quedaría con ella hasta que él se despertara.

- Ay Alice…ya despierta princesita – murmuró Bella poniéndole otra toalla en la frente.

Tocaron la puerta y pronto el príncipe Edward entró nuevamente.

- ¿aún aquí?

- Sí, le prometí al príncipe Jasper que no me iría de su lado hasta que ella se pusiera mejor – le dijo Bella al príncipe.

- ¿Bella, cómo te reconcilias con una persona con la que has dejado de hablar por años?

La pregunta dejó desarmada a Bella, la verdad nunca había pensado en eso.

- Pues…creo que la mejor manera es siendo sincero, y si fue su culpa pues ofrecer sus disculpas más sinceras y no sólo prometer recuperar el tiempo perdido sino que pasar tiempo con esa persona haciendo las cosas que solían hacer anteriormente – respondió Bella.

- Me encantan tus respuestas Bella, siempre tienes una buena respuesta para todas las preguntas que te hago – Edward le dijo con una sonrisa.

- Sólo intento pensar en lo que yo haría de estar en esa situación – Bella le dijo. - ¿Puedo saber por qué la pregunta, su alteza?

- Ay Bella – suspiró Edward – me concentré tanto en convertirme en un buen rey, que olvidé pasar más tiempo con mi hermano. Emmett y yo solíamos hacer todo juntos, pero ahora, ya casi no me habla.

Bella se sorprendió y no dijo nada. Ahora Emmett le estaba quitando a Edward lo que más quería.

- No pierda el tiempo su alteza, demuéstrele a su hermano que aún lo quiere, que quiere revivir esos momentos tan especiales que pasaron juntos

- Sí, tienes razón – Edward se levantó – así tenga que encerrarlo, lo haré.

Edward le dio un beso en la frente a Alice y salió de la habitación. Poco después entró Jasper, con otra ropa y se veía más descansado.

- ¿Se siente mejor su alteza?

- Sí Bella, tu consejo me sirvió mucho – Jasper le sonrió a la chica - ¿cómo sigue?

- Mejorando – Bella se iba a hartar de dar la misma respuesta veinte veces. – ya le bajó la fiebre.

- Que bueno – Jasper dijo.

- Bueno su alteza con su permiso, tengo aún muchas cosas que hacer

- Adelante Bella, muchas gracias.

Bella se fue y Jasper se quedó solo con su princesa. Se acostó a su lado y le acarició las mejillas.

- Ay Alice eres una necia ¿por qué has de hacer las cosas tú sola?

- Jasper…

Jasper miró a la princesa atónito, sus ojos estaban abiertos y en sus labios se dibujaba una débil sonrisa.

- Alice…bendito Dios – Jasper la besó en la frente y una lágrima recorrió su mejilla mientras la princesa le acariciaba el pecho.

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¡Sorpresa! Alice ya despertó pero ahora ¿qué hará Jasper? Jeje lo sabremos en el próximo capítulo, y hablando del próximo capítulo, les dejo una probadita:


-Lo siento mucho su alteza – Bella agachó la cabeza

- Sí, yo también – Edward se levantó y caminó hasta ella – pero ¿sabes? Eres una chica muy hermosa

- Príncipe Edward, creo que lo mejor es que ya se duerma – Bella le aconsejó al príncipe.

Pero Edward no le hizo caso sino que la abrazó y la besó.


¿Qué pasará entre Edward y Bella? ¿Y entre Jasper y Alice?

1 comentarios:

Ariusk dijo...

Ajeje "Los Locos Cullem" en esa casa todos andan en su mundo particularjijij que cosas con al reina de verdad va a terminar perdiendo a sus hijos!!!

Y a ver q pasa ahora q ya ha despertado Alice!! quiero saber!!!! Y esa probadita q nos dejastes que mala eresss!!! Q pasara entre Bella y Ed!! pues me paso al capi q sigue!! Besos

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