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DaneFals97♥
Me llamo Daneska Fals, vivo en venezuela, valencia, tengo 13 años, signo leo, cumplo en 8 de el 8 (agosto) soy muy loca y rara segun mis amigos (ojo no soy anti-social sino lo contrario) pues yo prefiero leer a ver tv, dormir en ves de salir y cosas así que no van dentro de lo comun! XD.. adoro pasar tiempo con mis amigos y familiares. estar en la compu, leer y escribir, me fascina sobremanera cuando me llega una rafaga de inspiracion (mucha de ella basada en Edward o Jake XD..) gracias por visitarme y estar un rato en mi loka compañia! =)
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viernes, 30 de julio de 2010

A través del Océano

Disclaimer: Todos los personajes pertenecen a Stephanie Meyer y la historia es una Traduccion de Tatarata.


Capítulo quince: Rosa y Azul




A los siete meses de embarazo se estaba volviendo un poco difícil el moverse. Mi vientre, para el gran placer de Edward, sobresalía grande y redondo en frente mío dondequiera que iba. Alice y Rosalie me habían comprado tanta ropa de maternidad, era frustrante. Ahora, a mediados de junio, estaba tremendamente caliente y he tenido que recurrir a las livianas y afeminadas camisas de tiras y faldas anchas, era la única cosa que podía satisfacer a un embarazada yo. Me aseguré que las faldas tuvieran talle elástico también. Cielos.



Para mi gran disfrute, y la vergüenza de Edward, habíamos descubierto que llevaba embarazada dos meses para cuando me había enterado. El doctor pareció pensar que fue un bebe de luna de miel, yo, sin embargo, no paraba de molestar a Edward.



"¿Sabes lo que este significa?" le pregunté pícaramente mientras dejábamos la oficina del doctor. Mis padres se habían ido a casa la semana anterior, y los suyos estaban esperando oír las noticias (se rieron, y rodaron sus ojos hacia su hijo, estoy segura que pensando lo mismo que yo).



"Lo que significa," dijo casi inexpresivo mientras mantenía la puerta del carro abierta para mi. Esperé a que volviera a entrar.



"Esto significa que me dejaste embarazada en algún momento de diciembre." Me reí entre dientes. Las mejillas de Edward se estaban volviendo más rojas cada vez que le hablaba. "Eso significa que debes haber estado muy feliz de verme, ya que sólo te mudaste aquí en diciembre." Edward suspiró y me sacudió la cabeza, pero podría verlo riéndose. Tenía que encontrarlo al menos un poquito divertido. Una pequeña sonrisa se formó en sus labios y me giré con una grandísima sonrisa para mirar por la ventana.



Por supuesto, esa vez Edward me enseñó una lección cuando llegamos a casa. Básicamente saltó sobre mí en la entrada, y yo no hice ningún movimiento para detenerlo. Probando su punto de que probablemente yo era la más ninfómana en nuestra relación.



De regreso al presente, había terminado sentándome con Alice y Rosalie en la playa en frente de mi casa, absorbiendo el bello día de verano antes de irnos a nuestro almacén favorito a esperar que Jasper trajera los otros dos chicos del trabajo.



"¡Mira tan lindas que son estas ropas!" Alice y Rosalie dijeron al unísono, sosteniendo pijamas de tres meses. Yo hice 'Ahhh' con ellas antes de girarme hacia las cosas que tenían seguro el color: biberones, baberos, cobertores, varios juguetes de baño, juguetes en general. No podía sobreponerme a cuan lindas eran las cosas de adultos hechas en miniatura, como las medias. Esas habían sido mi cosa favorita para comprar, medias. Habíamos comprado un par de mamelucos neutrales divinos, algunos sombreros y Alice y Rosalie no habían parado con los regalos.



El baby shower había sido hace una semana, y mis amigos se habían presentado con una gigantesca cuna, una mesa para cambiar los pañales, una pequeña y linda cajonera y otras cosas decorativas para el cuarto del bebe. Casi había estallado en lágrimas. Edward estaba enojado porque había más rosa que azul.



"Hola, querida," susurró de modo tonto en mi oído mientras envolvía sus brazos alrededor de mi, sosteniendo mi estómago el cual pateaba bajo su toque. Sonrió como loco cuando eso pasó, siempre estaba tan emocionado, sabiendo que allí había una pequeña personita dentro de mi. Le dije que era un poquito escalofriante cuando lo ponía de esa forma, y que no pensaría eso en un par de meses. Terminamos de cargar algunas cosas más en la canasta que yo estaba cargando y él prontamente me la quitó de las manos para cargarla.



Alice vino corriendo hacia mí, sosteniendo un paquete de medias que eran tan chiquititas y lindas que no podía para de dar grititos. Ella tenía cinco meses de embarazo, su estómago ya estaba empezando a notarse de una manera hermosa. Rosalie era la única de nosotros que se veía como si no hubiera metido un balón bajo su camisa, pero sabía que Emmett había estado cargando un anillo de compromiso por un rato. Alice insistió que Jasper comprara las medias y un diminuto par de zapatos para ella gritar por los cuatro meses que le faltaban.



Edward y yo habíamos estado manteniendo en secreto el sexo de nuestro bebe, queriendo esperar hasta que él o ella nacieran para descubrirlo. Alice y Jasper no había peleado por el sexo de su bebe (nuestra razón para mantenerlo en secreto) y sabían que tendrían un niño. Su baby Shower era el próximo mes, los dos ya habían empezado a planear la decoración del cuarto.



Cuando Rosalie había empezado a planear el cuarto de nuestro bebé nos preguntó el color. Mientras soltaba que rosa, Edward disparaba que azul.



"Puesto que ustedes dos no pueden decidir que quieren tener, y todo el mundo odia esos colores neutrales para el género, me temo que voy a tener que sorprenderlos." Hice pucheros y Edward se rió de mí. "Cállate, Bella," respondió Rose cuando estaba a punto de protestar. "Si no van a dejar que el doctor les diga que van a tener, entonces lo siento, voy a tener que hacer lo que yo quiera." Después, se encerró en el cuarto con Emmett hasta que estuvo terminado.



Y era Hermoso. Las paredes eran blancas, con un ensortijado mural de flores en espiral sobre una pared. No era demasiado femenino, realmente era una obra de arte. Dejó las cortinas de encaje blanco, y después del baby shower había arreglado todo perfectamente. Estaba choqueada cuando había ido tan lejos como para instalar un bello piso de caoba laminado, rematado con una suave alfombra blanca. Mi mamá había enviado su antigua mecedora la cual estaba ubicada en la esquina con unos bellos cojines amarrados a ella.



Pagamos por nuestras cosas y cada uno fue por su camino con media naranja.



"¿No más paradas por el día?" me preguntó Edward, soltando la corbata alrededor de su cuello. Luego rodó sus ojos y se giró dentro de la librería siguiente, sabiendo que esa sería mi primera respuesta.



"Ves, hay una razón por la que te amo," murmuré con una gran sonrisa cuando me ayudó a salir del carro, luego me dio un beso en los labios.



Anduve cojeando delante de él lo más rápido que pude mientras parqueaba el carro. No tomó mucho antes que lo oyera detrás de mí, riéndose mientras trataba de atraparme. Me atrapó alrededor de mi cintura y me giró, besándome (espectacularmente) en frente de la puerta mientras yo tanteaba detrás de mí por el picaporte. No podía tener suficiente de él. Sus hermosos ojos verdes, su alborotado cabello, su… ¡acento! Edward había sido absolutamente perfecto para mí desde que llegó aquí, y viéndome cargar a su hijo solo me hacía más feliz. Dondequiera que veía la brillante sonrisa a través de su cara no podía hacer más que dar una gran sonrisa en respuesta.



Hice mi camino hacia mi parte favorita de la tienda-ficción. Edward me siguió de cerca, pero sus ojos vagaban mientras los míos tenían un propósito, llegar a esos pasillos. Me paré allí, mis ojos barriendo los títulos y autores, las ilustraciones de las portadas para buscar por algo interesante. Reconocí el emblema de su casa editorial y sonreí para mí, levantando el libro. Lo giré, para ver los créditos. Solté una pequeña risita cuando vi el nombre de Emmett. Edward caminó detrás mio y enrollo un brazo alrededor de mi antes de levantar el libro de mis manos y leerlo.



"Escoge ese," dijo, señalando otro libro de su compañía mientras colocaba el de Emmett sobre el estante. Lo giré hacia los créditos y me reí de nuevo cuando vi que la autora le había agradecido profundamente por su trabajo.



"Parece que tienes cierto don con las escritoras," murmuré. Edward me dio esa sonrisa torcida y me besó suavemente. Mientras él revisaba más títulos de libros, yo bajé por los estantes, ojeándolos de vez en cuando.



Lo que realmente atrajo mi atención, fue la esquina de la tienda, pintada en azules y amarillos brillantes. Alcancé un estante, el que estaba a nivel de mi vista y saqué un libro grueso de tapa dura. Sonreí, mirando todo la ilustración mostrada en la gran tapa. Sentí unos brazos alrededor mio, con las manos extendidas a través de las patadas en mi estómago y un par de labios en mis oídos.



"Sabía que era cuestión de tiempo antes que te encontrara aquí," murmuró, besando mi mejilla suavemente. "Me estaba preguntando cuanto de tomaría descubrir que esto estaba aquí." Me reí y me giré para enfrentarlo, sosteniendo las tapas del libro que abrí. Un gigantesco castillo emergía de las páginas, los intrincados diseños del papel doblado hicieron que mis ojos se abrieran bien y sonriera.



"Siempre estaba realmente impresionada por los libros que tienen hojas que saltan al abrirlos," dije en voz baja. Edward me dio una gran sonrisa sobre el pilar y movió mis manos para cerrarlo. Se inclinó y presionó sus labios firmemente contra los mío, sosteniendo mi nuca para ponerme más cerca. Eso estaba haciendo que mi corazón saltara, la manera en que me estaba besando y cuan bien se sentía. Mi estómago estaba presionado contra él, y como era normal siempre que estaba cerca, el bebe comenzó a patear. Tan pronto como lo sintió, Edward comenzó a sonreír contra mis labios pero mantuvo el perfecto ritmo. Mis rodillas se pusieron débiles y me sujeté de él desesperadamente. Justo cuando se estaba convirtiendo en demasiado, él disminuyó su paso y me dejó ir, sonriéndome maravillosamente mientras metía un mechón de cabello detrás de mi oído.



"Nuca paras de impresionarme," masculló. Levanté una ceja.



"¿Con mi fascinación con los libros infantiles?" pregunté. Él se rió entre dientes y sacudió su cabeza.



"Yo pienso que eres increíble todo el tiempo. Vas a ser una madre maravillosa." Me Ruboricé. El hecho que Edward dijera eso lo hacía sonar mucho mejor que cuando alguien más lo decía. Mi mamá, mi papá, los padres de Edward. Todos me habían dicho exactamente las mismas cosas. Pero Edward, el papá de este bebé, me estaba diciendo que yo sería maravillosa, cuando no podía imaginar a nadie más perfecto que tomara el rol de un padre.



"Te amo", le dije con todo el sentimiento que tenía en mi. Edward estaba mirando fijamente dentro de mis ojos mientras yo lo decía, y le sonreí. La misma expresión se reflejó en su cara mientras sus labios se levantaban y los presionaba en los míos de nuevo.



Caminamos fuera de allí con suficientes libros para llenar el estante que había dejado en el cuarto del bebe. Estaba tan feliz en el camino a casa que no pude parar de frotar mi gran vientre. Edward cantó junto con la radio, haciendo que mis mejillas dolieran por sonreír tanto.



"Supongo que tendremos que empezar a abastecernos con sabanillas y apaciguadores pronto," dijo mientras me ayudaba a salir del carro. Me paré derecha y lo miré con lo que estoy segura era la expresión más confusa sobre mi cara.



"Disculpa… ¿qué dijiste?" Edward levantó la mirada, las bolsas en sus manos.



"sabanillas y apaciguadores, necesitaremos conseguir algunos. Ahora no falta mucho para eso," se subió el andén a nuestra casa donde un cartero estaba esperando con un gran paquete marrón a sus pies.



"¿Qué rayos son sabanillas y apaciguadores?" grité tras él. Edward me miró sobre su hombro y luego la comprensión de dibujó en su cara.



"Ah, cierto, ustedes no los llaman así. Mm… pañales y chupetes, supongo," le rodé mis ojos. Tonto él y su nacimiento a través del océano.



"Odio tu lengua," le dije mientras firmaba el papel empujado frente a mi por el cartero. Edward me pasó una bolsa liviana y levantó la caja, abriendo la puerta con su codo.



"Es el mismo tuyo, cariño," dijo con risa. "Esto es de tus padres."



Me reí tontamente y cojeé hacia el mesón mientras él la abría, revelando una enorme cantidad de bolitas de icopor. Sil, siendo el idiota que es, saltó sobre le mesón e inmediatamente sobre la caja, recostándose y mirándonos con ojos soñolientos.



"¡Levántate!" grité, pinchando con mi dedo su lado. Él se torció. Edward se agachó y para mi desagrado el gato comenzó a ronronear, saltando sobre sus hombros. Los miré con rabia antes de escarbar a través del paquete.



"Ahh…" dije, levantando un mameluco rosa. Edward hizo muecas y metió la mano dentro de la caja, sacando un azul con una cachorrito cocido en el pecho. Sonrió ampliamente y lo sostuvo enfrente de él. Rodé mis ojos y empuje mi mano dentro otra vez.



"Sabes, si no podemos decidir si rosa o azul siempre podríamos irnos por este," murmuré y saqué el mameluco de un pálido morado. Edward tosió y se giró lejos de mí mientras yo sacaba más amarillos y verdes.



"Morado es lo que rosa y azul harían."



"Mi hijo no va a usar morado. No, incluso en la cama," insistió.



"¡Ni siquiera sabes si vas a tener un hijo! Discutí. Él levantó una carta que estaba pegada al paquete y me fulminó con la mirada a modo de juego.



"Tu mamá dice que podemos usar al menos la mitad de estas ropas ahora, y que el resto cuando tengamos nuestro segundo bebe, porque ella sabe que tendremos más." Me miró por debajo de sus pestañas y sonrió maliciosamente. Tragué. Demasiado atractivo, él era.



"Creo que ella está en lo correcto con esa afirmación." Mascullé mientras Edward bajaba las tapas de la caja y se inclinaba sobre mí.

1 comentarios:

Ariusk dijo...

Ahhhhhy estos dos me van a producir deabetes jeje de lo dulce y romanticos que son chicas y es que ustedes escogen Fic de los mas entretenidos y romanticones me encantan!!!!!!!! Les mando un millon de besos y espero que Dane vuelva prontito y nos de otro capi de estos!! como siempre mi saludos a ustedes y a la autora!! Besos min nenas!!

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